Los riscos del Coso, un viaje al pasado
Una de las rutas más espectaculares de la sierra de Ayllón , es la carretera que une Majaelrayo y Riaza, por el puerto de la Quesera. Carretera de montaña, estrecha y sinuosa, con subidas y bajadas constantes y con impresionantes vistas de la sierra, sus picos emblemáticos, cordales y collados. Hay abundantes cambios de vegetación, desde encinas, arces de montpelier, serbal de cazadores , pinos silvestres, hayas y toda la corte de plantas que acompaña a estos árboles.
En uno de los tramos acompañamos durante unos kilómetros al arroyo Veguillas que va al encuentro del Jaramilla. Ahí nos sorprenderá un espectáculo natural: Los riscos del Coso.
Son picachos con formas extrañas que nos hacen volar la imaginación encontrando figuras de cabezas, caras de seres ancestrales. Ya que por aquí tenemos la llamada “muralla china” ¿por qué no un “Moai” de la isla de Pascua?
Estas formaciones rocosas que están a unos 1200 metros de altitud junto al arroyo Veguillas, forman barrancos que bajan desde cotas más altas donde se puede encontrar vegetación de zonas más frías y de mayor altitud. Hay Quercus petrea, un roble de zonas de montaña, algunas hayas y turberas en las zonas elevadas. Incluso el agua que corre por el lado de la carretera procede de esas turberas y podemos encontrar plantas de ese ecosistema.
Pero nos quedamos admirando el paisaje y preguntándonos de donde han salido esas formas extrañas, qué son esas rocas, de donde proceden. Son rocas muy antiguas y tienen una historia que me hace estremecer solo al pensar que es la historia del suelo que pisamos en la actualidad.
Para no perderme me voy a mi naturalista y geólogo de cabecera, mi amigo Joaquín Castelo que pacientemente siempre trata de saciar mi curiosidad y ¡más difícil! que lo entienda.
Hace millones de años había una enorme cordillera, que iba desde los actuales Apalaches hasta el lugar donde ahora se encuentra el Himalaya, con montañas altísimos de 7000 y 8000 metros. Era la cordillera Hercínica o Varisca. Esa cordillera sufrió una gran erosión y después quedó sumergida bajo las aguas del mar, a unos 4000 o 5000 metros. En las profundidades del mar sufrieron un proceso de transformación, convirtiéndose en rocas metamórficas: pizarras, más blandas y fáciles de romperse y cuarcitas, mucho más duras. Pero la Tierra de nuevo se reinventó con la orogenia Alpina y estas montañas volvieron a elevarse sobre el nivel del mar, de ahí el actual relieve de la sierra de Ayllón, con montañas mucho más modestas en altura que la antigua cordillera.
Pues bien, los riscos del Coso son parte de una alineación de cuarcitas armoricanas (material de la antigua cordillera hercínica) que cruza la comarca de norte a sur. Forman parte de un antiguo pliegue de la cordillera varisca fracturado por la orogenia alpina, donde el hielo se introdujo por los grandes escarpes verticales haciendo de escultor de esas caras, rompiendo la roca hasta formar grandes monolitos que encontramos a ambos lados de la carretera durante todo el tramo por el Veguillas. Toda la cuenca del Veguillas y sus afluentes conforma uno de los rincones más enigmáticos y más bellos del Macizo de Ayllón.
Esta alineación de cuarcitas comienza en la Ermita de Hontanares, en Riofrío de Riaza, cruza la Quesera y delimitando el curso del Jaramilla, continúa hacia el sur por los cerros del Águila, la Cabeza de Cabida y el San Cristóbal. Este último lo tenemos siempre a la vista desde aquí, en la depresión que se forma en Campillo de Ranas y El Espinar, y que también se levanta sobre sedimentos de la antigua cordillera. De manera que las caras de la Isla de Pascua Ayllonenses o del Coso y nuestro San Cristóbal son parte de la misma formación.
Estas antiguas formaciones rocosas han visto durante millones de años como se transformaba el paisaje lentamente junto a diferentes formas de vida que han ido pasando. Hasta que un día apareció una especie que se denominó a sí misma sapiens sapiens, que ya es arrogancia!! Por primera vez, una especie viva alteró a una rapidez desconocida hasta ese momento, los paisajes de la Tierra.
Este año 2015, los muy antiguos y venerables riscos del Coso, asistirán a un evento totalmente desconocido que agrupará más seres humanos de los que hayan pasado por aquellos parajes en millones de años. La vuelta ciclista a España pasará a sus pies. Será un buen momento para disfrutar de un hábitat generalmente solitario y descubrir las maravillas del mundo natural, concediéndoles el debido respeto que se merecen estas esculturas naturales que nos hablan de un tiempo glorioso para Gaia, nuestro planeta, que un día fue divinizado por los primitivos humanos y hoy es, en demasiadas ocasiones, masacrado.
Os esperamos en cualquier época del año y especialmente, este 2015, en septiembre, en la vuelta ciclista que recorrerá los pueblos negros de Guadalajara para cruzar la sierra hasta Riaza.