La Tierra de Ayllón
“Hubo un tiempo en el cual la Tierra de Ayllón se encontraba toda cubierta de bosques.
Orión, el gran cazador, se paseaba por sus dominios en compañía de un oso, un lobo y un buitre. Porque Orión a pesar de su fortaleza, sólo cazaba lo necesario para comer y para eso se enfrentaba a sus presas de igual a igual. Siempre que mataba una presa subía a dar las gracias a la Montaña Sagrada de Ayllón.
Entonces comenzó la Edad de los Hombres. No respetaron esta Tierra, no solo cazaban para comer, disfrutaban matando, incluso entre ellos mismos. No respetaban las plantas ni los animales. Entonces Orión abandonó esta Tierra en busca de los cielos. Desde allí arriba protege a su amada Tierra de Ayllón y trata de contrarrestar el voraz apetito destructivo de la raza de los Hombres.
Sus inseparables amigos, el oso, el lobo y el buitre se convirtieron en montañas y formaron un triángulo mágico dentro del cual todos los animales y todas las plantas se sienten seguros.
Miles de años después, justo en el solar donde antes se encontraba la morada de Orión y sus fieles amigos, deciden construir el Palacio del Viento….…¿casualidad?…….evidentemente… NO!!! “
Esta bonita historia nos la ha regalado nuestro buen amigo Joaquín Castelo, que además de ser un gran naturalista y amante de esta Tierra de Ayllón en la que vive y de la que conoce cada rincón, sabe contarnos estos relatos. Le agradecemos sus historias, las imaginarias y las reales y muchas fotografías que utilizamos, sobre todo las de las montañas.
El triángulo mágico lo forman el Pico del Lobo al noroeste, el más alto de todos, domina sobre varias tierras y está en el límite de Ayllón.
La Buitrera al norte, domina imponente los bosques húmedos, ahí se encuentra La Tejera Negra con sus bosques de robles, tejos milenarios y espectaculares hayas.
Más al sur está nuestra montaña mágica, El Ocejón, donde alguna vez habitaron los osos a los que debe su nombre. Nos protege envolviéndonos en colores.
Vivimos en una llanura compuesta por los sedimentos de lo que en un día lejano fueron altísimas montañas de hasta de 7000 metros, incluido nuestro querido Ocejón, en un valle colgado entre la Sierra del Ocejón y el profundo valle del Jarama.
La montaña sagrada, que lo sigue siendo, es el Alto Rey, un lugar muy especial en la Tierra de Ayllón.
En los días del largo invierno amanecemos viendo la cumbre nevada del Ocejón y entramos en la noche mirando como cruza el cielo el hermoso e imponente Orión. En la lejanía sentimos la presencia del Lobo , La Buitrera y la sagrada montaña de El Alto Rey.